El mar adentro comienza cuando la tierra firme se pierde de vista. Esas alturas del mar son para los grandes navegantes, para el que deja una orilla convencido de que alcanzará la siguiente.


Al Mar Adentro en la Sangre se llega cuando el corazón ha zarpado con rumbo al siguiente puerto, que puede ser un amor o una idea, sin tierra a la vista, donde cada latido tiene la dimensión de un salto al vacío.


Ahí, en esa navegación o en ese salto, Santa Sabina ejecuta los catorce tracks más cuidados de su historia, catorce naves a todo trapo, mezcla de músicas, de voces y de signos, ¿Babel?, no: estamos ante el mar completo.


Este álbum espléndido hay que navegarlo, hay que saltar con La Santa al vacío, sin olvidar que aquí la tierra firme se avista con el oído.

Jordi Soler